

de la Baja
Historia

La península de la Baja tiene una historia fascinante que se remonta a miles de años. Antes de la llegada de los europeos, esta tierra fue hogar de diversas tribus nativas, como los cochimíes, guaycuras y pericúes. Estas culturas desarrollaron una conexión profunda con el entorno, viviendo de la pesca, la caza y la recolección, y dejaron huellas indelebles en la región, visibles aún hoy en sus pinturas rupestres (como las de la Sierra de San Francisco dentro del municipio de Mulegé).
A mediados del siglo llegaron a las costas de Baja California las primeras expediciones españolas.
Al principio, los exploradores creyeron que habían descubierto una isla rica en perlas y otros recursos, confundiendo la península con la legendaria "Isla de California", descrita en la novela de aventuras del escritor Garci Rodríguez de Montalvo. Fue en 1539 cuando el explorador Francisco de Ulloa confirmó que se trataba de una península y no una isla.
Esto dio origen a la llegada de misioneros jesuitas durante el siglo XVII, esto para evangelizar a los pueblos nativos y así fundar la primera misión de la península “Nuestra Señora de Loreto Conchó” en 1697, que se convirtió en el centro de operaciones para la colonización de toda la California.

El Camino Real, una red de rutas que conectaban las misiones, facilitó la expansión de la colonización hacia el norte de la península.
En el siglo XIX, con la independencia de México, Baja California se convirtió en parte del nuevo país, aunque su desarrollo fue lento debido a su geografía aislada. Durante la Guerra entre México y Estados Unidos (1846-1848), la península fue objeto de disputas, pero finalmente permaneció bajo control mexicano.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la fiebre del oro y la minería atrajeron a inmigrantes de diversas partes del mundo, cambiando la demografía y economía de la región. A medida que el siglo XX avanzaba, la infraestructura mejoró, y Baja California comenzó a consolidarse como un destino atractivo para turistas, aventureros y comerciantes.
En 1931, la península se dividió en dos territorios: el norte, Baja California, y el sur, Baja California Sur.
Hoy en día, Baja California es un crisol de culturas, donde la tradición se encuentra con la modernidad. La península es famosa por sus espectaculares paisajes desérticos, playas de ensueño, la biodiversidad única del Mar de Cortés, y su vibrante cultura que mezcla las raíces indígenas con la herencia española y las influencias modernas.
La “Baja” como nosotros le llamamos, sigue siendo una tierra de exploración y descubrimiento, donde cada rincón esconde una historia por contar y un paisaje por admirar.